Señor, gracias por darme tu entusiasmo y tu regocijo. Hoy quiero ser un instrumento de regocijo donde quiera que tú me lleves. Se que hay suficientes motivos para regocijarme en ti. Tú eres la razón de mi gozo y la fuente de mi regocijo. Quiero tocar la vida de otros con el regocijo que me has dado.
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