Hoy, me presento delante de ti para caminar con seguridad y contemplarte como mi multiplicador. Nada ni nadie podrá apartarme de tu presencia, sin embargo yo si puedo salir de tu presencia y entrar en una dimensión de tristeza y dolor. No quieres ni la tristeza ni el dolor para mi, por ello quiero ser obediente en este día. Gracias por darme la oportunidad de vivir para verte una vez como mi multiplicador. En el Nombre de Jesús. Amen.
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