¡Oh, Señor! Tú me has humillado haciéndome sentir mi nulidad y pecado.
Esta es una experiencia desagradable, pero te suplico que la hagas provechosa para mí.
Hazme apto para soportar un mayor peso de gozo y una mayor actividad.
Y cuando esté dispuesto para ello, concédemelo por el amor de Cristo. Amén.
↧